16 septiembre 2007

Que cerca de todo, que pereza de nada.

No me funciona el fotolog, así que me veo obligada a usar esto como forma de expresión y desahogo dominguero.



VIERNES:

Hace siete años tal día como hoy yo apenas había dormido un par de horas.
Madrugué, acompañé a mi prima a la estación, donde me esperaba mi otra prima.
Fuimos a la casa de campo a montar la tienda.
Me las ingenie para llegar hasta Getafe con el metro en obras.
Hice mi primer (y último por ahora) examen de septiembre (que significo también mi primer sobresaliente en la carrera).
Me fui a casa.
Compre vino y cocacola.
Me duche.
Me fui a la casa de campo.
Bebí y vi a Rosendo.

Ayer una estaba en Fuenlabrada (la foto es de allí).
No cambiaría esto por nada del mundo.
Este año está siendo uno de los mejores de los que llevo vividos hasta ahora.
Y además, como ya dije aquí, los tres próximos van a ser mejores aún.
En mi mundo de gente incompleta ya no hay montañas de basura.

Me acabo de duchar y me he descubierto una calavera en el pecho.
Tenía borrado ese detalle de la noche.

Y ahora me voy con Pilar y con Alicia a que conozcan a mi prometido.



SÁBADO:

Podría ser que ya nada nos sorprendiera.
Y entonces solo nos quedaría morir.
Ayer mi amor pasó por delante de mí.
Unas veces por que fui a buscarle.
Otra por casualidad.
No hay más casualidad que la de haber nacido en el mismo siglo, en el mismo mundo.
No hay más casualidad que haber conocido a la gente que se conoce.
Por unos hay que dar las gracias, por otros llegan desgracias.
Pero al fin y al cabo a mi todo me parece bonito.
Ayer fue un gran día para apuntar en el calendario.



Yo también me he caído con todo el equipo alguna vez.
No tomo notas y por eso me vuelve a pasar.

04 septiembre 2007

El miedo que tengo...

Estas últimas noches no concilio bien el sueño.
Me cuesta dormirme, cierro los ojos y durante cinco segundos parece que he caído en manos de Morfeo, que me suelta rápidamente, para que me de la vuelta y me diga para mis adentros “duérmete ya que mañana tienes que madrugar” y no encuentro la postura, me vuelvo a mover, y entonces no encuentro el aire y parece que no puedo respirar y me vuelvo a mover. Así hasta que durante cinco segundos vuelvo a caer en brazos de Morfeo para al instante volverme a despertar y seguir con ese ciclo de nuevo. Al final me debo dormir ya muy cansada de tanta vuelta, tanta falta de aire y empapada de sudor por la desesperación de no poder dormir.

Creo que con la jornada completa esto se va a acabar y espero que esta noche no me cueste nada caer dormida como un angelito, que es lo que soy.

No se si es que me preocupa algo, a parte de la mierda de mundo en la que vivo (guerras, conspiraciones, muertes de personas inocente, gente que nunca entenderá por que matan a sus hijos, animales asesinados de forma cruel y tortuosa, etc).



Quizás lo que venga a llamar a las puertas de mis noches sea el miedo.

Tengo miedo a que todo cambie
Tengo miedo a que todo siga igual.

En fin, que tengo miedo y no puedo dormir.