Señales...

Hay señales que no se deben dejar escapar.
El jueves fue un día raro, pero importante para mi.
Creo que nunca me he sentido tan orgullosa de mi misma, no suelo hacerlo ni lo más mínimo, pero esta vez si.
Así que luego mientras volvíamos de Torrejón (mientras nos perdíamos por las afueras de Madrid, diría yo) en el coche de Anna, mientras iba de copilota pensando lo estresante que era todo (ese día, el summer, las niñas…) y miraba esa luna llena en un cielo rojizo tuve un presentimiento.
Si todo va bien hasta ahora, después de esa tarde más.
No hay miedo.
Y pensé en ese absurdo concurso, en Karina y en el Contempopranea, y me reí para mis adentros.
Al día siguiente otra señal, no puede ser, llevo escuchando Corrientes circulares en el tiempo solo en los conciertos, está metida en mi carpeta de imprescindibles (cuando no se que escuchar me arrastro todo ese mogollón a la lista de reproducción, por eso está en mi lastfm), pero cuando llega su turno en el mp3 la suelo pasar a no ser que esté ensimismada y no me de cuenta de lo que estoy escuchando.
Esa canción me duele, me dolía.
Es un momento importante para mi, ya no duele, el viernes no me dolió.
Tengo clavado un momento, un recuerdo, escuchando esa canción camino de Getafe, en el cercanías (no se por que ese día iba en el cercanías, solía ir en bus), mirando por la ventana, cerca de la fábrica y “corrientes…” sonando. Creo que entonces comprendí muchas cosas, la soledad, que Tifón estaba malo, que tenía que despertar, que tenía que hacer algo.
Recuerdo algunos momentos de reflexión en todo ese lío, y casi todos asociados a canciones (si mi vida fuera una película sería un musical, sin duda)
Tengo algunos momentos clavados asociados con canciones, o al revés (no lo sé muy bien). Recuerdo perfectamente el preciso instante en que escuché por primera vez Pequeño Rock and roll y Miss camiseta mojada. Recuerdo el camino, las camisetas que compré, que una la estrené el primer día que decidí plantar cara a algunas cosas, que fue a la vez el día que fui al primer concierto de Quique (ese día también me sentí muy orgullosa de mi y hoy día aún lo recuerdo como alegre aunque muy triste a la vez).
Recuerdo el cansancio, recuerdo que lo pasé mal; pero ya no me duele.
De eso me he dado cuenta hace poco, y estoy feliz por ello.

Todo este rollo encriptado para decir que si, que gané ese absurdo concurso (siempre que escucho aires de fiesta creo que debe estar basada en momentos como el Contempopranea), que ahora vendo dos abonos para el contempopranea, y que hay cosas que cambian en mi y otras no. Otras como estos prontos que me dan…
Ahora tengo el pelo más corto (si, solo alguna gente se dará cuenta, aunque me he cortado como diez dedos…, que no es poco) y que estoy escribiendo esto por que se me tiene que secar mi pelo rojizo para irme a la cama. Si, vuelvo a ser pelirroja o lo que quiera que sea este color.
No solo iba a customizar a las nenas…